Las mejores frases y reflexiones de Arthur Schopenhauer -

Arthur Schopenhauer (1788 – 1860), filósofo y profesor de la Universidad de Berlín, que dejó su trabajo docente para vivir después de jubilarse en Frankfurt, es una de las figuras centrales de la filosofía moderna, y su influencia continúa hasta el día de hoy. Se le considera el fundador del nihilismo, corriente filosófica según la cual la existencia humana no tiene razón de ser: Todo es para la nada. El proceso humano de la vida para este filósofo es: necesidad, sufrimiento, queja, dolor y muerte.” Algunos historiadores de la filosofía consideran a Schopenhauer un pesimista.

Firma de Schopenhauer:

FRASES COMENTADAS

1. Casi todos nuestros dolores surgen de nuestras relaciones con otras personas.

Una reflexión muy acertada. Donde hay personas, seguro habrá problemas y malos entendidos. El ser humano es complejo. Es importante desarrollar nuestra inteligencia emocional para abordar esas relaciones con una mayor garantía de éxito.

2. Nunca he conocido ningún problema que una hora de lectura no alivie.

Los que amamos la lectura no podemos estar más de acuerdo con esta afirmación. Lo mismo ocurre si amas el running. Correr te aliviará de tus preocupaciones. Es decir, nuestras pasiones calman nuestras tormentas.

3. Un reproche sólo puede hacer daño si da en el blanco. Quien sabe que no merece un reproche, puede tratarlo con desprecio.

Eso es actuar con inteligencia. Si alguien te lanza una crítica y tú sabes que no es cierta ¿Por qué te afecta tanto? Lo que nos afecta, es su ataque por si mismo, pero deberíamos cambiar nuestro enfoque. No mirar las formas y centrarnos en el contenido. Si éste no es cierto, no debemos alterar nuestro ánimo.

4. Descartes es, correctamente, considerado como el padre de la filosofía moderna, porque ayudó a la facultad de la razón a sostenerse sobre sus propios pies, al enseñar a los hombres a usar sus cerebros, en el lugar que, previamente, habían ocupado la Biblia y Aristóteles.

Un «grande» elogiando a otro «grande». Hablar bien de otra persona, no te hace menos a ti. Todo lo contrario, te hace más grande aún. Un envidioso nunca puede volar muy alto.

5. Hay que poner límites a nuestros anhelos, frenar nuestros deseos, moderar nuestro enojo, recordando siempre que un individuo puede alcanzar solamente una parte infinitesimal de todo lo que vale la pena tener; y que, por otra parte, todo el mundo incurre en muchos de los males de la vida.

¿Por qué poner límites a nuestros anhelos? ¿Acaso no es bueno ser ambicioso? Es bueno tener metas, pero si no pones límites a tus deseos, no podrás valorar lo que ya tienes porque siempre querrás tener algo más, y lo que es aún peor, hacer cualquier cosa para conseguirlas.

6. Con buena salud, todo es una fuente de placer; sin ella, ninguna cosa, sea lo que sea, es agradable. La salud es el elemento más importante en la felicidad humana.

Solo valoramos las cosas cuando las perdemos. Tenemos salud y, sin embargo, somos infelices. Si realmente lo valorásemos, no habrían tantas discusiones y conflictos sin sentido.

7. Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los siguientes treinta nos suministran el comentario sobre ella.

La madurez trae consigo la sabiduría y la sabiduría, paz mental. Es entonces cuando empezamos a entender un poco la vida, nuestra existencia y la belleza de todas las cosas.

8. La satisfacción consiste en la ausencia del dolor, que es el elemento positivo de la vida.

Para Schopenhauer el estado óptimo del ser humano no está en alcanzar la felicidad, pues la consideraba como una quimera. El estado óptimo del ser humano es estar tranquilo y eso se consigue en ausencia del dolor y del sufrimiento.

9. A menudo me sorprendo por la habilidad, y de vez en cuando, por la estupidez de mi perro; tengo experiencias similares con la humanidad.

Simpática y hábil manera de criticar a las personas. Podemos encontrarnos con personas muy hábiles, pero también muy estúpidas, ciertamente.

10. Cada día es una pequeña vida: cada despertar y surgimiento es un pequeño nacimiento, cada mañana fresca es una pequeña juventud, cada descanso y sueño, una pequeña muerte.

Que manera tan interesante entender la vida. Un día son todos los días a la vez. Un día es la representación de toda una vida. Si sabemos vivir un día, es decir, una pequeña vida, sabremos cómo vivir una vida entera.

11. El hombre es el único animal que causa dolor a otros sin más objeto que querer hacerlo.

Es una realidad catastrófica, humillante pero muy cierta. El hombre siempre ha sido un verdugo para el hombre.

12. Si un hombre quiere leer buenos libros, debe evitar los malos; porque la vida es corta, y el tiempo y la energía, limitada.

Lo mismo ocurre con todo lo demás en la vida. Si quieres tener buenos amigos a tu lado, debes evitar los malos. Si quieres tener a una buena pareja a tu lado, debes olvidar esa relación «tóxica» y seguir avanzando. La vida es corta.

13. Los dos enemigos de la felicidad humana son el dolor y el aburrimiento.

El dolor es inevitable pero el aburrimiento es totalmente evitable. Por lo tanto, evita lo que sí está a tu alcance y estarás más cerca de una vida feliz.

14. Es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero es imposible encontrarla en otro lugar.

Es difícil pero no imposible. La felicidad está dentro de ti y no en ningún otro lugar. Ni otro país, ni en el dinero, ni en esa otra persona. Muchas personas buscan pareja para ser felices. La otra persona no te dará felicidad. Te unes a esa persona para compartir tu felicidad, es muy diferente. Tú debes ser feliz por ti mismo.

ANÉCDOTAS DE SCHOPENAHUER:

LAS VACAS VOLADORAS

Se cuenta que caminando por la cordillera del Taunus (Alemania) un pájaro soltó lo que le sobraba sobre el limpio chaleco de uno de sus compañeros de caminata. ‘¿Lo ve usted?’, dijo el filósofo pesimista Arthur Schopenhauer burlándose. ‘Llevo razón con mi teoría de que vivimos en el peor de los mundos imaginables’. ‘Al contrario -contestó el damnificado- a mí me parece que el mundo es todavía soportable. ¡Imagínese que fueran las vacas las que pudieran volar!’.

Otras frases geniales de Arthur Schopenhauer

Uno debe acostumbrarse a oír todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones, y absteniéndose de cualquier discusión. Ello permitirá luego recordar la escena con satisfacción.
Para millones y millones de seres humanos, el verdadero infierno es la tierra.
Todo el mundo toma los límites de su propia visión para hallar los límites del mundo.
Todo nuestro mal viene de que no podemos estar solos.
No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige.
No discutamos la opinión de nadie. Pensemos que, si quisiéramos quitarle de la cabeza a alguien todos los absurdos en que cree, podríamos alcanzar la edad de Matusalén sin haber acabado.
Ningún dinero está más ventajosamente empleado que el que nos estafan: pues lo cambiamos directamente por prudencia.
Mis semejantes, sobre todo si son jóvenes como yo, se sienten en todas las circunstancias de la vida como alguien que tiene puesta una ropa que no es de su talla.
Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.
Para hallar la razón ante los débiles y los imbéciles, la solución es no hablar con ellos.
Sólo se puede ser totalmente uno mismo mientras se está solo: quien, por tanto, no ama la soledad, tampoco ama la libertad; pues únicamente si se está solo se es libre.
Pocas veces pensamos en lo que tenemos; pero siempre en lo que nos falta.
Sería bueno comprar libros, si se pudiera comprar a la vez el tiempo para leerlos; pero casi siempre se confunde la compra de los libros con la apropiación de su contenido.
Se dice que la maldad se expía en aquel mundo; pero la estupidez se expía en este.
Toda vida es sufrimiento.
Los hombres vulgares sólo piensan en cómo pasar el tiempo. Un hombre inteligente procura aprovecharlo.
Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino sólo la mascara, bajo la cual, por regla general, se esconden especuladores de dinero.
No sólo las acciones de otros, también las nuestras las comprendemos a veces únicamente al cabo de muchos años.
El amor sólo se trata de que cada macho se ayunte con su hembra.
Toda verdad atraviesa tres fases: rimero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente.
Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
Nuestras virtudes morales favorecen principalmente a otros, las intelectuales, por el contrario, ante todo a nosotros. Por eso aquellas nos hacen queridos de todos, y estas, odiados.
Predicar moral es fácil, mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica.
Tanto prevalece la salud por sobre todos los bienes exteriores que probablemente un mendigo sano sea más feliz que un rey enfermo.
Siempre me resultó un obstáculo en mi vida y en todo lo que emprendí que hasta una edad bastante avanzada no fuera capaz de formarme una idea lo suficientemente clara de la pequeñez y miseria de los hombres.
Toda sociedad exige, necesariamente, un acomodamiento recíproco, un temperamento; así cuanto más numerosa es, más insípida se hace.
Su muerte es para cada cual el ocaso del mundo.
La felicidad es solamente la ausencia del dolor.
La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.
La vida es sólo la muerte aplazada.
La vista de cualquier animal me regocija al punto y me ensancha el corazón.
La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter; de tal manera que se puede afirmar, de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona.
El genio y la locura tienen algo en común: ambos viven en un mundo que es diferente del que existe para todos los demás.
A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia.
El mundo no es una fábrica y los animales no son productos para nuestro uso.
La persona que escribe para los tontos siempre está segura de tener una gran audiencia.
La mayoría de los hombres no son capaces de pensar, sino sólo de creer, y no son accesibles a la razón, sino sólo a la autoridad.
Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo.
El efecto de la música es mucho más poderoso y penetrante que el de las otras artes, porque éstas hablan sólo de la sombra, mientras que la música habla de la esencia.
La lectura es equivalente a pensar con la cabeza de otra persona en vez de usar la propia.
A la filosofía nada mejor podría ocurrirle que esto: que se suprimieran todas las cátedras universitarias de filosofía.
Sentir envidia es humano, pero saborear el mal ajeno es perverso.
Mi cuerpo y mi voluntad son uno.
De vez en cuando se aprende algo, pero se olvida el día entero.
La mayor de las locuras es sacrificar la salud por cualquier otro tipo de felicidad.
El talento alcanza un objetivo que nadie más puede alcanzar; el genio alcanza un objetivo que nadie más puede ver.
El sentido del humor es la única cualidad divina del hombre.
La fe es como el amor: no se deja ser forzada.
Es una clara ganancia sacrificar el placer con el fin de evitar el dolor.
El odio es un asunto del corazón; el desprecio es asunto de la cabeza.
Si Dios creó el mundo, yo no querría ser ese Dios, porque la miseria del mundo, me rompería el corazón.
Los libros son los motores del cambio, las ventanas al mundo; “faros”, como dijo el poeta, “erigidos en el mar del tiempo.
Los mejores, más variados y duraderos placeres, son los de la mente.
Los hombres son por naturaleza meramente indiferentes unos de otros; pero las mujeres son enemigas por naturaleza.
Hay que pensar como la minoría y hablar como la mayoría.
Hay seres de los que no se concibe cómo llegan a caminar sobre dos piernas, aunque eso no signifique mucho.
Todas las religiones prometen una recompensa más allá de esta vida, en la eternidad, por los méritos de la voluntad o el corazón, pero ninguna recompensa para los méritos de la cabeza, del entendimiento.
La compasión es la base de la moralidad.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos.
El medio más seguro para no llegar a ser muy infeliz es no pretender ser muy feliz.
Lo que la gente comúnmente llama destino es, por regla general, nada más que su propia conducta estúpida y tonta.
La especie más barata de orgullo es el orgullo nacional.
La autoridad y el ejemplo dirigen el mundo.
La verdad es más bella al desnudo.
Todo lo que sucede, sucede por necesidad.
Cuando miras hacia atrás en tu vida, parece como si hubiera una trama, pero cuando estás en él, es un desastre: sólo hay una sorpresa tras otra. Más tarde, ves que era perfecto.
Creo que cuando la muerte cierra nuestros ojos vamos a despertar a la luz, de la cual nuestro Sol no es más que la sombra.
Sólo recuerda, una vez que estas sobre la colina, empiezas a tomar velocidad.
Después de tu muerte, serás lo que eras antes de tu nacimiento.
Cada partida es una anticipación de la muerte y cada encuentro una anticipación de la resurrección.
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar.
La felicidad consiste en la repetición frecuente del placer.
Cada nación ridiculiza otras naciones, y todas están en lo correcto.
El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales.
La pasión sexual es la causa de la guerra y el fin de la paz, es el fundamento de lo que es serio y, en consecuencia, la concentración de todo deseo.
Toda felicidad es negativa; ninguna satisfacción puede durar.
La verdad no es una ramera que se arroje al cuello de quien no la desea; al contrario, es una beldad tan desdeñosa, que aunque le sacrifiquemos todo nunca podremos estar seguros de sus favores.
El hombre no puede, por sí sólo, sino muy poca cosa; es un Robinson abandonado; sólo en comunidad con los demás es poderoso.
El dinero es bueno en sí mismo, porque no sólo es una concreta satisfacción de una necesidad en particular; sino que es una satisfacción de todo.
Al que todo lo pierde, le queda Dios todavía.
Hay algo en nosotros que es más sabio que nuestra cabeza.
Todo amor genuino es compasión, y todo amor que no sea compasión es egoísmo.
Lo que la lluvia es para el fuego, la piedad lo es para la cólera.
En personas de virtudes moderadas la modestia es simple honestidad, pero en los que poseen gran talento es hipocresía.
Cuanto más inteligente es un hombre, menos misteriosa es la existencia para él.
La vida y los sueños son páginas de un mismo libro; leerlo en orden es vivir; ojearlo es soñar.
Envidiar es tonto porque nadie es realmente digno de envidia.
La mosca debe ser tomada como el símbolo de la impertinencia y la audacia.
Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad.
¡Qué novato es quien se figura que mostrar espíritu e inteligencia es un medio de hacerse querer en sociedad!
Los amigos y los conocidos son el mejor pasaporte a la fortuna.
Esperar que un hombre pueda retener todo lo que, alguna vez, ha leído, es como esperar que lleve en su cuerpo todo lo que, alguna vez, ha comido.
El médico ve todas las debilidades de la humanidad; el abogado toda la maldad, el teólogo toda la estupidez.
El honor no ha de ser ganado; sólo no debe ser perdido.
La mujer paga su deuda con la vida, no por lo que hace, sino por lo que sufre.
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
Comúnmente sólo apreciamos el valor de una cosa después de haberla perdido.
Quien ha perdido la esperanza, ha perdido también el miedo: tal significa la palabra desesperado.
La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia.
Sólo a los reyes y criados, es decir, a los dos extremos de la sociedad, se los llama por su nombre propio.

Las mejores frases y reflexiones de Arthur Schopenhauer