Confucio (551 A.C. – 479 A.C.) el filósofo más famoso de China. Nacido en el clan de los Kong, fue hijo de un comandante que pereció cuando apenas tenía 3 años, dejando a toda la familia en la pobreza. Desde muy joven, Confucio se interesó por los antiguos libros; un interés que al cabo del tiempo le llevó a conseguir un alto cargo como funcionario de estado.
FRASES COMENTADAS:
1. Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.
Por regla general, esperamos mucho de los demás y de nosotros no esperamos tanto. Mala estrategia donde las decepciones están a la orden del día. Mejor esperar mucho de nosotros y pasar a la acción ¿Por qué? Porque nuestra acción sí depende de nosotros.
2. Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes.
Si no sabes lo que tienes que hacer, entonces no podrás hacer nada. Tiene lógica ¡No lo sabías! Pero cuando sí sabes lo que tienes que hacer y no lo haces… ¡Ya eso es mas grave! Significa que la pasividad es tu modus operandi. Eso te garantizará problemas futuros.
3. Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida.
Muchas veces no tenemos la suerte de elegir. A veces, ni tenemos la suerte de encontrar trabajo, pero la idea se entiende. Si tienes un trabajo que no te gusta, intenta ponerle un poquito de «sabor» para mejorar las cosas.
4. El hombre que mueve montañas comienza cargando pequeñas piedras.
Otra forma diferente de decir que cada paso cuenta por pequeño que sea.
5. Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
Aquí Confucio nos recuerda la importancia de la práctica. Muchas personas «sabe mucho» pero solo es pura teoría. La práctica es muy diferente. No es lo mismo saber la teoría de boxear que subirte a un ring a pelear.
6. El éxito depende de la preparación previa, y sin esa preparación es seguro que será un fracaso.
Henry Ford decía: «Cuanto más me esfuerzo, mas suerte tengo». Es decir, el éxito es el encuentro entre la preparación y la oportunidad.
7. Antes de embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas.
Una interesante manera de decir que el odio y el rencor son emociones tóxicas que nunca te llevan a un buen destino.
8. Lo único que no se recupera nunca en la vida cuando se pierde es el tiempo transcurrido.
Ya lo sabemos, pero es bueno volverlo a recordar. Nuestro tiempo es corto. Como decía Walt Whitman: «No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas».
Otras frases geniales de Confucio:
- El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
- Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo.
- ¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.
- Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
- Donde hay educación no hay distinción de clases.
- Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
- Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
- Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
- Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
- Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.
- Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
- Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.
- El hombre superior piensa siempre en la virtud; el hombre vulgar piensa en la comodidad.
- Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.
- No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.
- El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.
- La vida es muy simple, pero insistimos en que sea complicada.
- Nuestra mayor gloria no esta en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
- No importa lo lento que vayas mientras no te detengas.
- Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
- La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.
- El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.
- Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos.
- Cuando es obvio que las metas no pueden ser alcanzadas, no ajustes las metas, ajusta los pasos de acción.
- Si te escupen en la espalda, quiere decir que estás adelante.
- Ante la estrella polar, todas las demás estrellas se inclinan ante ella.
- Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.
- ¿Hay un precepto que pueda guiar la acción de toda una vida? Amar.
- Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
- Es más fácil superar las malas costumbres hoy que mañana.
- La venganza eterniza los odios.
- No contestes a una palabra airada replicando con otra de igual tenor. Es la segunda, la tuya, la que seguramente os llevará a la riña.
- A quien tiene todas las respuestas no se le han preguntado todas las preguntas.
- El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan.
- Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.
- El arquero es un modelo para el sabio. Cuando le ha fallado al blanco, busca la causa en sí mismo.
- Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.
- El valor de tu casa es el precio que tu vecino quiere pagar por ella.
- Los cautos rara vez se equivocan.
- El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa.
- Un hombre que no piensa y planifica su futuro encontrará problemas desde su propia puerta.
- No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
- A donde quiera que vayas, ve con todo tu corazón.
- Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.
- El que conoce la verdad no es igual al que la ama.
- Quien gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar.
- Nunca des una espada a alguien que no es capaz de sonreír y bailar.
- ¿Permanecer imperturbable cuando no eres apreciado por los otros es virtuoso no es cierto?
- Dale un pescado a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá toda la vida.
- Saber lo que es justo y no hacerlo es la peor de las cobardías.
- La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.
- ¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?
- Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
- Lo prudente no quita lo valiente.
- Una persona aduladora y pomposa no es demasiado benevolente.
- Es difícil tener principios en estos tiempos en que la nada pretende ser algo y lo vacío pretende estar lleno.
- Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.
- No busques ser amigo de alguien que no es mejor que tú.
- Gobernar es rectificar.
- Debemos sentir dolor, pero no hundirnos bajo su opresión.
- Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
- El que domina su cólera domina a su peor enemigo.
- En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza. En un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza.
- Aprende a vivir y sabrás morir bien.
- Por mirar la pequeñez de un gusano podemos perder la grandeza de un eclipse.
- Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo.
- Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.
- La gema no puede ser pulida sin fricción, ni el hombre perfeccionado sin pruebas.
- No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible.
- Los jóvenes y los criados son los más difíciles de manejar. Si los tratáis con familiaridad, se tornan irrespetuosos; si los ponéis a distancia, se resienten.
- Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad.
- No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
- Si sirves a la Naturaleza, ella te servirá a ti.
- Cuando veas el bien, procede como si nunca pudieras alcanzarlo completamente; cuando te veas frente a frente con el mal, procede como si fueras a probar el calor del agua hirviendo.
- Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas.
- Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo, los pájaros no hablan.
- Aceptar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable.
- Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros.
- Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.
- El hombre noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la infancia.
- Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él.
- Aquél que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio.
- No te rindas nunca si quieres volver a casa.
- Amar y reconocer los defectos de aquellos que se aman; odiar y reconocer las cualidades de aquellos que se odian, son dos cosas bastante raras bajo el cielo.
- Podemos volvernos sabios a través de tres formas distintas. Primero, a través de la reflexión que es la más noble. Segundo, por imitación que es la más fácil. Y la tercera por experiencia, que es la más amarga.
- El mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, éste no.
- Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira el dedo.
- La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.
- Ser como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta.
- Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.
- Así como el agua toma la forma del recipiente que la contiene, un hombre sabio debe adaptarse a las circunstancias.
- La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.